El Huerto de la Fragua se encuentra en la parte alta de Poyales, en un lugar apartado que da al monte, por lo que la tranquilidad y las buenas vistas estĂĄn garantizadas. Es un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza en compañĂa de los niños y/o de unos buenos amigos. La terraza-mirador es un pequeño paraĂso en el que las tertulias, sean a media tarde o mientras avanza la noche, terminan irrevocablemente inmersas en la placidez que transmite el lugar. La cocina-comedor, perfectamente equipados, cuenta tambiĂ©n con un saloncito en el que los niños hubieran disfrutado de sus dibujos animados favoritos si no hubiera sido porque preferĂan jugar en el exterior, al aire libre, en compañĂa de un caballo, unas vacas y un simpĂĄtico gorrĂn vietnamita que pastaban por los alrededores de la casa.
Y hablando de animales, nunca olvidaremos la observaciĂłn desde esa misma terraza de los ciervos bajando por el monte que tenĂamos frente a nosotros en plena berrea Sus reclamos se oĂan perfectamente, y nos acompañaban en las tertulias nocturnas junto al sonido del aire entremezclĂĄndose entre las ramas de los ĂĄrboles y el crirriar de los grillos...
La planta superior, perfectamente adaptada para personas de movilidad reducida, cuenta con dos habitaciones, ambas abiertas al monte con sendos ventanales que nos invitaron a madrugar las dos mañanas que disfrutamos de la casa, para disfrutar del inmenso espectåculo de la amanecida.
De los propietarios, poco podemos añadir que no se haya dicho ya en otras opiniones, RubĂ©n y Elena son dos magnĂficas personas, acogedoras, siempre dispuestas a ayudar y orientarnos en la visita de la regiĂłn, y como a ellos les dijimos, nos reafirmamos en la idea de que volveremos a ese pequeño paraĂso e intentaremos que sea por mĂĄs tiempo, para poder prolongar esa magnĂfica sensaciĂłn de placidez de la que disfrutamos, en esta ocasiĂłn, los dos dĂas que pasamos en el Huerto de la Fragua.