La casa estĂĄ reciĂ©n reformada y el jardĂn es agradable. Pequeño pero coqueto. Lo que no nos gustĂł es que comparte finca con los propietarios y la casa estĂĄ rodeada de ventanas sin persianas ni estores, incluso la puerta de entrada es de cristal, lo cual da sensaciĂłn de falta de privacidad y ademĂĄs por la mañana el sol te despierta bien temprano. Tampoco nos gustĂł que Lourdes nos ofreciera hacernos la comida pero sin decirnos el precio de cada plato, incluso despuĂ©s de preguntarle, precio que finalmente fue bastante elevado en comparaciĂłn con la calidad de la misma, nos pasĂł la factura el Ășltimo dĂa y alucinamos. Y para terminar hemos vuelto con picaduras de chinches, que afortunadamente hemos controlado la plaga en nuestras casas. Total, que ella es amable pero la experiencia bastante mejorable