Están situados casi al final del pueblo. Se ve el Faro de Peñas. Todo verde, entre colinas, pastos y bajando un poco
está el mar. Nos alojamos dos adultos y dos niños pequeños en el apartamento 1. Tiene 2 habitaciones bien amuebladas con baño en cada una. Lo peor el olor a humedad pero entendemos que es algo normal. El salón/cocina también bien amueblado, equipado y con todo lo necesario para estar y cocinar. Lo mejor de todo el trato de Lita y Elias y su hija Laura: desde que llegamos siempre amables, atentos y dispuestos a que estuviéramos cómodos y tranquilos. También sus vecinas fueron muy agradables. Nos sentimos como en casa. Los niños disfrutaron mucho jugando con los hijos de Laura y también con sus juguetes, los gatos, los perros, caracoles, gallinas, tortugas...Muy recomendable. Si podemos, repetiremos.