Hemos estado el 10 de Febrero en la casa y nos vamos, muy, pero que muy contentos. Nos ha hecho un tiempo maravilloso y la estancia ha sido digna de ello. Quería comentar que la casa es de las pocas que quedan restauradas, además, muy limpia y con todo lo que tiene uno en casa, no hemos echado en falta nada, las camas y las almohadas muy cómodas (que son nuevas y de calidad), la ropa de cama limpia, que se agradece mucho después de haberse alojado en otros lados..., los baños, las habitaciones, los comedores, nos han resultado muy acogedores y muy amplios, ya que éramos bastantes y al principio creíamos que no íbamos a caber todos, el entorno único: estuvimos en el puente de las ovejas, el Martinete, el Castillo de Caracuel, fuimos con los niños a ver los patos, los mayores nos fuimos de senderismo al río, vimos cráteres de los volcanes de la zona, la verdad es que nos ha faltado tiempo para todo, ya que en un fin de semana no te da tiempo a hacer prácticamente nada, por eso vamos a volver en verano para probar la piscina y hacer una buena barbacoa, ya que es muy práctica y está muy bien situada; por cierto, las gachas y las migas con torreznos , BUENIIIIIIIIIISIIIIMASSSSSS!!!! , no las habíamos probado antes y eso es un manjar para la nosotros que no habíamos estado antes por esta zona, la caldereta, el asadillo, menuda gastronomía que se tiene por allí, la verdad es que no tengo palabras para os podaís imaginar lo a gusto que hemos estado, se lo recomiendo a todo el mundo, es el mejor lugar para desconectar de todo y estar en familia, a los niños, los dejamos en el patio, ya que hay sitio de sobra para que jueguen sin tener que estar "pendientes" de ellos y no pongan la casa patas arriba, ya que en casa no lo hacen y allí menos, claro está! Sin duda merece la pena venir a este lugar, aunque como nosotros, que venimos de Madrid, no nos importa coger el coche, ya que con la autovía llegas justo al pueblo, apenas te desvías de la ruta.