Muy buen trato al cliente, ademĂĄs se agradece que el propietario sea una persona muy comprometida con el medio ambiente y defienda un turismo sostenible.
Ya habĂa estado un año antes en Valdelarco, en una casa de la misma propiedad, y tenĂa muy buenos recuerdos, fue allĂ donde oĂ hablar del Puerto de la Laja.
Hemos estado en la âCasa de los Olivosâ, un matrimonio de amigos, mi pareja y yo, intentando escapar un fin de semana del ruido de la ciudad y tanta red social, y recomiendo la experiencia. Un salĂłn muy amplio, (ver el Guadiana âa tus piesâ por la amplia ventana abierta te inunda en seguida de paz) que comparte el mismo espacio con la cocina, provista de todo lo necesario para una estancia. La terraza con suelo de madera invita a desayunar o tomar el aperitivo mientras se contempla la naturaleza en su estado mĂĄs puro. No nos ha molestado nadie en todo el tiempo, y los pocos vecinos que viven en la aldea son muy amables.
Hemos disfrutado de paseos interminables, la VĂa Verde que recuerda al viejo tren minero a cada paso es casi obligatoriaâŠ
A pocos minutos en coche en direcciĂłn a Portugal te encuentras con la primera aldea de este paĂs, Pomarao, un sitio muy pintoresco cuyos callejones, esquinas y puertas piden foto. Justo en la entrada, un pequeño restaurante familiar, âCafĂ© do Casiâ, nos encantĂł la atenciĂłn y la comida casera, a la sombra de un enorme ficus, contemplando el rĂo y su pequeño puerto.
En dos palabras, fantĂĄstica experiencia. Un sitio desconocido por la gran mayorĂa, que invita volver. En la âCasa de los Olivosâ he redescubierto el sueño, jeje!