La verdad es que hacĂa mucho tiempo que no Ăbamos a una casa rural. Nos habĂamos hecho cĂłmodos y preferĂamos ir a hoteles, pero la libertad que te da una casa de este estilo, sobre todo con 2 niños pequeños, es innegable.
La casa estĂĄ perfecta, parece nueva. Todo estĂĄ muy cuidado, desde el entorno de la misma hasta los mĂĄs mĂnimos detalles de decoraciĂłn y funcionalidad: horno, microondas, lavavajillas, lavadora, cafetera, tostadora, vasos, tazas, copas... todo. Hasta nos dejaron leche y bollos variados.
Cogimos esta casa principalmente por el jardĂn para que los niños pudieran corretear a gusto sin peligros y vaya si lo hicieron. El pequeño de 2 años sĂłlo querĂa estar fuera "en el parque" y la mayor, de 8, corrĂa y jugaba con Ă©l. LĂĄstima que el tiempo no haya acompañado algo mĂĄs, no por el frĂo, que tampoco era mucho, sino por la lluvia, que aunque no demasiada, sĂ hacĂa desagradable estar fuera.
Ăbamos con pensamiento de comer en algĂșn restaurante, pero al final decidimos quedarnos y comer algo hecho en la barbacoa. Un acierto. La barbacoa estaba lista para encender y la comida fue mucho mĂĄs tranquila que en un restaurante.
Volviendo a la casa, estĂĄ bastante bien aislada y con los radiadores y la chimenea es mĂĄs que suficiente para tener buena temperatura. Las camas son confortables e incluso hay un cajĂłn de juegos: parchĂs, damas, ajedrez, cuatro en raya... para poder disfrutar en familia.
Muchas gracias MarĂa Ăngeles por todo. Estamos seguros de que repetiremos la experiencia.