ElegĂ este vecindario porque es el corazĂłn autĂ©ntico de Sabancuy, un lugar que conozco y adoro gracias a mi esposa, originaria de aquĂ. Cada mañana, desde la terraza de Casa Caoba, despiertas con la vista serena del estero y su manglar, mientras por la tarde el sol pinta de dorado el agua. A pocos pasos encontrarĂĄs playas de arena blanca natural y aguas azul turquesa, perfectas para un chapuzĂłn o simplemente para contemplar la calma del mar.
La riqueza natural es asombrosa: en temporada, puedes avistar tortugas Carey depositando sus huevos en la orilla, un espectĂĄculo que conecta con la verdadera esencia de la regiĂłn. AdemĂĄs, Sabancuy vibra con la tradiciĂłn de la pesca: al amanecer llegan las pangas cargadas de mariscos frescosâcamarĂłn, jaiba y pescado âque los restaurantes locales convierten en platillos inolvidables. AquĂ todo es tranquilidad y sabor: terrazas frente al malecĂłn, puestos de antojitos regionales y el murmullo de las olas como fondo constante.
Este entorno seguro y lleno de vida local convierte a Casa Caoba en el refugio ideal para quienes buscan relajarse, reconectar con la naturaleza y disfrutar de la autĂ©ntica gastronomĂa costera.